HISTORIA
En épocas de la colonia, esta tradicional esquina del entonces Camino a Cañuelas y a la Estancia de Zamora es testigo de escaramuzas por la independencia de la incipiente nación. No es casual que en una de las reformas del actual edificio, se desenterraras balas de cañón oxidadas, cartuchos y bayonetas. Inicialmente almacén con mostrador para despacho de bebidas y palenque sobre calle de tierra, «el Cañón» nace en la década del 40, época del caudillo Alberto Barceló. Sus dueños, dos hermanos, hacen famoso su arte de tirar cerveza, que no era la fabricada por Barceló, obligatoria en toda Avellaneda, y quienes siempre logran burlar sus inspecciones. Con el pasar del tiempo el almacén se transforma en un destacado restaurante, pero sin perder sus tradicionales picadas. En los años 80 llega a su esplendor con la permanente presencia de artistas, políticos y jugadores de fútbol en sus mesas. baja sus persianas a comienzos del nuevo siglo y en marzo de 2003, el viejo cañón reabre manteniendo su identidad corporativa y culinaria, con el reconocido cocinero Jean Paul Azema aportando medidos toques de actualización a la carta. El local mantiene su majestuosa presencia con las magnificas lamparas de vitraux, la imponente estantería con centenares de antiguas botellas, el gran salón con sus sillas de pana roja y nuevos boxes mas íntimos.